lunes, abril 03, 2006

Día 10. El solidario es mejor que el egoísta; el valiente, mejor que el cobarde.

Considero una verdad clara y evidente que el solidario, el generoso, es mejor en este aspecto que el egoísta. Se demuestra humanidad, grandeza moral y que se valora a los demás por delante de las posesiones materiales cuando se comparte y ayuda a otro. Beneficia a los demás el generoso, comparte lo que le sobra (no es un despilfarrador) y gana él mismo ya que casi siempre se recibe tanto como se da, si se da a quién ha de darse.

Considero también una verdad clara y evidente que el valiente es en este aspecto mejor que el cobarde. Afrontar los miedos, mirar al frente, no al suelo, y perseguir lo que se desea sin ataduras supersticiosas es un signo de orgullo, de ambición y afán de superación. Afrontando los peligros y miedos, pero no ignorándolos (no es el valiente un temerario) el valiente gana lo que no gana el cobarde, y con sus victorias generalmente beneficia a los que le rodean.

¿Es una opción que la ley entre en la mente y en las casas de cada uno, y le obligue a ser valiente, aunque él no quiera? No, sencillamente es absurdo. Una persona debe afrontar sus miedos, y vencerlos. El cobarde, por su bien, y para dejar de serlo realmente, ha de derrotar sus miedos, así una persona crece, así crece la Humanidad. Del mismo modo, es absurdo que la ley se introduzca en la mente y en la cuenta corriente de cada uno y le obligue a ser generoso, puesto que no se puede ser generoso por imposición. El tacaño y egoísta debe vencer sus miserias y debilidades autónomamente, debe conquistar sus virtudes por sí, para ayudarse a sí mismo a la vez que ayuda a los demás, sin prejuicios de los otros pero tampoco de él.

El mejorar, conseguir ciertos hábitos justos y superiores nos permite derribar nuestro Muro particular. Sin embargo, si nos disparan con un cañón por encima del Muro, al aterrizar probablemente no sepamos dónde nos encontramos, y desde luego no seremos tan libres como si lo hubiéramos derribado con paciencia y tesón.

Todo esto se aplica a las políticas económicas actuales.

Considere la Seguridad Social. Los jóvenes siempre han contribuido al mantenimiento de los mayores. Antes, el joven ayudaba a sus propios padres por un sentido de amor y deber. Ahora contribuyen a mantener a los padres de otro por obligación y miedo. La transferencia voluntaria reforzaba los lazos de la familia; la transferencia obligatoria debilita esos lazos. M. Friedman.

Yo, hoy, reclamo para todos el derecho a ser cobarde, y pido que nadie elija serlo.Y como este derecho ya existe, también reclamo para todos el derecho a ser egoísta, y pido a todos que no lo sean. Si se conceden estos derechos no podrá tomarse como derrota el caso de aquellos que elijan ser cobardes y egoístas, al contrario, los que elijan ser valientes y generosos protagonizarán fabulosas victorias, por su propia virtud, no por la imposición de nadie.

11 comentarios:

Miguel Ángel dijo...

Es esta y no otra la base de la defensa del liberalismo frente a los que demonizan esta ideología. El derecho a ser egoístas; el hacer lo que uno quiera implica eso también. Así pones a los antiliberales en un brete ¿Obligar a personas aunque sea para hacer el bien? uhm, quien diga que si a esto se expone a que lo tomen por loco.

vitio dijo...

Claro, obligar a la gente a hacer el bien es también antiliberalismo.
Me ha parecido muy buena tu reflexión.
Saludos!!!

Anónimo dijo...

Entonces en base a mi derecho a hacer el mal, me voy a cargar a 1000 personas como ha hecho ETA. No tendre que responder ante nada ni nadie, porque según el liberalismo tengo derecho de hacer el mal, y como además solo hay individuos, ninguno de ellos tiene el derecho a gobernar sobre mi y por tanto no tiene el derecho a quitarme la libertad metiéndome en la cárcel.

Si alguien decidiera meterme en la cárcel o aplicarme la pena de muerte legalmente, éste individuo me estaría pisando la libertad legalmente, lo cual contradice al liberalismo

Si esto lo hiciera una mayoría, ésta tendría entonces más poder que los propios individuos, lo cual contradice al liberalismo.

¿Qué opinais, liberales?

Gonzalo Varo Ortega dijo...

La demagogia tiene las patas cortas.

El que mata hace daño a los demás, interfiere en su libertad. El egoísta no interfiere en la libertad de nadie.

Anónimo dijo...

"¿Obligar a personas aunque sea para hacer el bien?" Lo dijo jovellanos.
Me refería a esto

Gonzalo Varo Ortega dijo...

Que responda Jovellanos, pues.

Anónimo dijo...

"Si alguien decidiera meterme en la cárcel o aplicarme la pena de muerte legalmente, éste individuo me estaría pisando la libertad legalmente, lo cual contradice al liberalismo

Si esto lo hiciera una mayoría, ésta tendría entonces más poder que los propios individuos, lo cual contradice al liberalismo."

El caso es que ningún liberal me ha podido dar una respuesta a esto sin recurrir a "la sociedad"

Gonzalo Varo Ortega dijo...

Tengo una opinónpersonal que no incluye a la sociedad, nunca incluyo a la sociedad.

Pero me interesa saber qué piensa Jovellanos, démosle una horas, que estará durmiendo. :)

Miguel Ángel dijo...

Sigo pensando que a las personas no se les debe obligar ha hacer el bien; si matan, roban o afectan a la libertad de los demás se le meten en la cárcel. Es una consecuencia irremediable de hacer el mal. Ellos verán.

Anónimo dijo...

Hola a todos.

Perdonad que me insmiscuya en la conversacion sin haber sido invitado. Espero que no os moleste que de mi propia opinion sibre el comentario de lord.

El liberalismo defiende el derecho a hacer lo que uno quiera siempre que no vulnere las libertades de los demas. Logicamente matar a 1.000 personas es violar el derecho a la vida de mucha gente asi que ningun liberal defendera que eso es correcto.

Una persona que mate a 1.000 personas es un peligro para los demas y por tanto no puede campar a sus anchas. En ese caso, su derecho de actuar libremente, que usa para violar las libertades de otros ha de ser coartado. Esta persona que no respeta a los demas ha de ser encarcelada o castigada para que deje de hacerlo.

¿Quien ha de capturar y castigar a esta persona que hace mal uso de su libertad? El Estado, logicamente. Ser liberal no es lo mismo que ser anarquista. Ser liberal no significa defender la eliminacion del estado, sino restringir al estado a las funciones que le corresponden: Defensa y garantia de los derechos de la propiedad, garantia de la competencia, suministro de los bienes publicos, control de las externalidades, gestion de los bienes comunes, proteccion de los desprotegidos y garantizar la igualdad de oportunidades.

Un saludo.

vitio dijo...

Desde un punto de vista liberal, el Estado es imprescindible. Sobre todo para que se cumpla Justicia y nos defienda de las violaciones a los derechos fundamentales liberales.
Saludos.