martes, enero 08, 2008

Día 43b: Mi muy manida teoría del tiempo en espiral.

Por mi parte, yo pienso... que ni lo uno ni lo otro, claro. Siempre me ha gustado aprovechar lo mejor de cada casa. Además, la experiencia vital suele negar ambas opciones.

Ya decía Heráclito a sus compatriotas griegos que "nadie se baña dos veces en el mismo río" y eso es una verdad científica innegable. La vida puede ser absolutamente monótona y repetitiva, pero el día de mañana no será exactamente como el de hoy. Para empezar, porque todos seremos un día más viejos. Nos alejamos progresivamente de lo que hemos sido, de nuestra infancia y juventud, de nuestros recuerdos y vivencias. Hasta el punto de que, en años, meses o días, podemos tener una vida completamente distinta a la que llevábamos antes, sin posibilidad de volver a ella. El círculo no se cierra por mucho tiempo que esperemos porque nunca seremos tan jóvenes e ignorantes como lo somos ahora.


Siempre se puede pensar que los griegos tenían una concepción del tiempo y de su equilibrio de ida y vuelta a un plazo mucho más largo. Pero aún así es osado cerrar el círculo. Porque las cosechas del año que viene no serán las mismas que las de este, por mucho que sea la misma Perséfone las que las bendiga. Si se entiende un ciclo como una vida humana que comienza y acaba y da lugar a otras que comienzan y acaban, sólo hay que ver como las circunstancias e ideas de un hijo cambian respecto a su padre, como para poder negar sin problemas que yo no soy lo mismo que mi bisabuelo. Y el que espere que todo el Universo algún día retorne a la posición en la que se encontraba, que espere sentado, ¡porque la materia sigue expandiéndose por un espacio infinito y no parece que vaya a dar marcha atrás de buenas a primeras! ¿Queda claro?

Y por otra parte, quizá sea mío el problema por ser poco religioso o nada optimista, pero me cuesta ver el mundo con esa perspectiva de que todo va poco a poco a mejor, y pensando que cada día nos acercamos más a un destino ideal o al momento en el que Dios bajará a la Tierra a recompensar a los justos y castigarnos al resto. Hace 4000 años la gente se mataba y hoy también, y hace 4000 años había bellísimas personas sobre la faz de la Tierra y también ahora. Y se pecaba y se rezaba como se hace hoy. Así que tampoco veo esa ascensión hacia Dios de la Humanidad por ninguna parte.


Sin embargo, lo que si veo en el paso del tiempo es un origen concreto para cada historia vital. Un nacimiento en una familia concreta, al principio. Un colegio en el que se conocen a los primeros amigos, después. Quizá una mudanza a otra ciudad que te hace empezar de nuevo. Puntos de inicio, al fin y al cabo, que marcan de donde partimos en la vida o en momentos concretos, y de los que nos vamos alejando poco a poco sin posibilidad de volver atrás. Pero no en línea recta, la vida no va así, sino que nos pone cíclicamente en situaciones similares que nos recuerdan al pasado. Cada mucho o poco tiempo volvemos a ver a esa persona que nos gustaba y recordamos lo que sentíamos, tenemos que afrontar viejas enemistades, pasamos por buenos y malos momentos profesionales por los que no pasaríamos de no haber comenzado desde ese punto concreto desde el que empezamos... y todo eso lo hacemos habiendo cambiado y siendo diferente nuestra vida y diferentes nosotros, a lo que éramos la última vez que estuvimos frente a una situación similar. Arriba o abajo, pero más lejos del inicio. Como una espiral.


Como si la vida ejerciera sobre nosotros una fuerza centrífuga respecto de donde partimos y fuesen las viejas costumbres e ideas (que no por viejas son erróneas) las que nos mantienen sujetos a un punto de nuestra vida donde comenzó todo. Como la Luna, que, al contrario de lo que se piensa, no describe un círculo ni una elipse alrededor de la tierra, sino una espiral, pues se va alejando paulatinamente. Y llegará el día en que la fuerza de atracción no sea suficiente para contener la velocidad de la Luna y de la vida, y ambas se alejen a toda prisa hasta encontrar otro punto alrededor del que girar, mientras se alejan de él poco a poco, describiendo una nueva espiral.


sábado, enero 05, 2008

Día 43a: Mi muy manida teoría del tiempo en espiral.

El insomnio hay que aprovecharlo.
Aprendí en el instituto, que ahora echo de menos, que el tiempo no sólo es arena cayendo por un tubo o manecillas girando en un reloj, sino que se puede tener una filosofía de vida basada en cómo pensamos que varía el tiempo, en qué dirección, y que de hecho, las 2 grandes civilizaciones que influyeron en el pensamiento de lo que hoy se hace llamar Occidente (usar este término siempre con mucha cautela) tenían su propia idea de cómo el tiempo pasaba, y cómo hacía que los acontecimientos ocurrieran en una sentido o en otro.

Me enseñaron que en el mundo grecorromano, más en el "greco" que en el romano, el tiempo transcurría en círculos perfectos, y así los Dioses (Kronos, Dios del tiempo, padre de Zeus a la cabeza), ponían a los hombres y al mundo en su sitio una y otra vez por mucho que los acontecimientos parecieran señalar un cambio irreversible. Había cosechas en primavera y verano, mientras que en otoño e invierno, cuando Perséfone regresaba al inframundo, los campos quedaban arrasados e inservibles. pero el ciclo volvía a empezar al año siguiente volviendo todo a su lugar, y desapareciendo de nuevo.

El gran paradigma de esta filosofía lo encontraban los griegos en la Odisea, pues tras abandonar Ulises su reino, Ítaca, para luchar en Troya primero y vagar por el Mediterráneo después, el destino le devolvía, al tiempo, a su patria y a su posición. Como si nada hubiera pasado, durante esas décadas que estuvo fuera de su hogar. Como si sólo con respetar los designios de los Dioses bastara para volver siempre al origen.


La herencia judeo-cristiana (que, para el caso, lo mismo da lo uno que lo otro) hablaba más bien de un tiempo que transcurre en línea recta. Y, además de recta, ascendente, siempre hacia un destino mejor que el punto en el que te encuentres. Comenzando por la expulsiuón del Edén, pasando por la llegada del Mesías hasta el Día del Juicio, todo va poco a poco a mejor, y suponen los judeocristianos que al final el mundo será maravilloso y Dios nos dará la felicidad a todos (o al menos a todos los que la merezcan, y ya decide Dios quiénes son esos).

Coincidiendo esta forma de pensar con el desarrollo del acontecimiento más importante de la historia del "Pueblo elegido" (otro término que se debe usar con mucho cuidado), que sería el Éxodo de la esclavitud en Egipto a la libertad en Palestina liderado por Moisés. Con la ayuda de Dios y (sólo) siguiendo sus doctrinas llegaremos al Paraíso.

Por mi parte, yo pienso...

miércoles, enero 02, 2008

Día 42: Una mirada (más) al Pasado.

Que me gusta, oye, mirar al Pasado y hacer y rehacer cuentas y rememorar viejas historias. No lo puedo evitar, es una manía que arrastro desde hace muchos años, creo que desde....¡joder! ¡ya estoy mirando atrás otra vez!

Pues eso, que como soy así, todos los comienzos de año (excepto el del año pasado, que no estaba yo para muchas historias) dedico involuntariamente una buena dosis de tiempo y esfuerzo, más del uno que del otro, en hacer balance del Pasado reciente, el corto plazo (que en contabilidad es un año o menos, ya sabéis).

Y para 2007, como me han pasado muchas cosas, hasta me he permitido el lujo de hacer unos pequeños Oscar © con lo más destacado: El mejor y el peor día del año, lo mejor y lo peor que me han dicho, la "canción del año", el día que fui más cobarde y el que fui más valiente, cuando me he sentido más orgulloso de mi mismo y cuando más avergonzado, y algún pequeño etcétera.

Por supuesto no voy a nombrar aquí a los ganadores, soy demasiado pudoroso. Sólo escribo esto para aconsejar a cualquiera que me lea que NO haga lo mismo. Dios, es horrible, se pasa fatal. Bueno, si el año ha sido perfecto, hacedlo, pero difícilmente se tiene un año perfecto.

Hoy, dos vídeos. El bueno:



Everybody had a hard year
Everybody had a good time
Everybody had a wet dream
Everybody saw the sun shine
Everybody had a good year
Everybody let their hair down
Everybody pulled their socks up
Everybody put their foot down
¡Y el bizarro!: