jueves, junio 28, 2007

Día 31: No puede ser un mal día....





...si empieza con un amanecer muy naranja, con Peace On Earth de melodía. En 5 minutos sale el Sol por completo, ¡pero vaya 5 minutos! Y compensa el no haber dormido. A las 7:09 de la mañana llega el clímax, el mejor momento del mes, uno de los pocos buenos.

A partir de ahí es imposible que uno tenga un mal día por muchos exámenes que se le presenten. Aunque uno comprara chucherías para ofrecerlas de regalo cariñoso y algo especial a una amiga, sin siquiera la seguridad de que la va a a poder ver, sólo con el deseo de poder escaparse de la Facultad entre examen y examen para dárselas, y después de ver a la amiga las golosinas acabaran mal tiradas en una papelera, aun así gracias a ese precioso amanecer, se diría que uno ha tenido un buen día. Y ya nada molesta, ni importa, ni entristece, en ese día de tan buen comienzo.

Algo parecido a esto, con el cielo más azul y sin esa larga antena.

Pero mañana dormiré más allá del mediodía.

domingo, junio 24, 2007

Día 30. Otro ladrillo en el Muro

Es en estos días cuando, probablemente más que nunca en mi vida, me siento un vulgar ladrillo, en un muro cualquiera. En lo que llevamos de junio no sólo he percibido nítidamente como me colocaban y me dejaban abandonado encima de otros ladrillos, sino que además muy pronto, demasiado, me han puesto otro por encima. Y pesa mucho más de lo que yo pensaba, más de lo que se puede soportar.

Y no ha sido esto obra de un empresario explotador, de una muchedumbre furiosa, ni siquiera del Estado opresor. Es la vulgar manía, el vicio que tenemos los humanos (incluso los más inocentes, y bienintenionados) de ordenar a los demás, de situar a las personas que nos rodean en fila india, ocupando el lugar que según el momento nos apetece que ocupen o, peor aún, el que creemos que deben ocupar según nuestras consideraciones, y nunca según las suyas. Ya basta, por Dios, de ordenar a las personas, de ponerlas una detrás de otra preparadas para aprovechar lo que podamos de ellas y dejar continuar la hilera.

Lo más gracioso a la par que irónico es ese gesto, típico del albañil, que hacen ciertas personas después de colocar un nuevo ladrillo en el muro. Se acercan, pasan la mano, intentando ajustar su obra al máximo, y preguntan al pobre ladrillo "¿Hay algo que pueda hacer para que estés más cómodo?". Y claro, no hay respuesta, porque lo único en lo que piensa el ladrillo es que lo que se debería haber hecho por él es simplemente no situarlo allí o no colocarle otro como él encima antes de que hubiera tenido tiempo a acostumbrarse a su nuevo lugar. Pero como ya no hay nada que hacer al respecto, no hay respuesta a esa pregunta y el vulgar ladrillo parece incluso que se siente cómodo o que acepta su destino.

Que se acabe junio ya, por favor.

miércoles, junio 20, 2007

Día 29: Maldito inglés.

Poco a poco estoy empezando a aborrecer el idioma de Shakespeare (si es que el inglés de hoy en día se parece en ago al que él usaba, que no creo). Y la perspectiva de tener que hablar mañana durante 10-15 minutos de cualquier eapecto que me pregunten acerca de la economía europea en inglés no es muy atrayente.

¡Con la musicalidad tan preciosa que tiene el francés! ¡Con la clase que desprende cualquier persona hablando alemán! ¿Por qué ha tenido que triunfar el inglés? Un idioma en el que no hay diferencia entre hablar de tú y hablar de usted no puede ser idioma universal, de ninguna manera.

Debieron de ser los Beatles. En fin, algo bueno tenía que tener el inglés, a ellos por lo menos les entiendo.


lunes, junio 18, 2007

Día 28: Teoría y métodos de Decisión; Investigación Operativa.

Decíamos ayer...
Error nº1 del examen final correspondinte a la convocatoria de Junio de la asignatura Teoría y Métodos de Decisión:
Conceder 2 horas de tiempo total de examen, cuando los profesores de dicha asignatura habían afirmado públicamente que se podría disponer de dos horas y media, o tres horas.
Error nº2 del examen final correspondinte a la convocatoria de Junio de la asignatura Teoría y Métodos de Decisión:
Si se pretende acortar el ejercicio correspondiente a programación dinámica mediante la introducción de una variable (pedidos) que limitara el límite de alternativas asumibles por el ente decisor.... ¡No se debe incluir un párrafo en el enunciado en el que se avisa "No importa el número de pedidos ya que la producción se venderá completamente en el futuro y no existe límite de almacenamiento"!
Vamos, creo yo que es obvio.
Error nº3 del examen final correspondinte a la convocatoria de Junio de la asignatura Teoría y Métodos de Decisión:
Si el coste de la inversión depende de los productos adquiridos según esta fórmula: 50+100x1 la rentabilidad obtenida no puede, por definición, venir dada como porcentaje (6% según el enunciado para el primer tipo de producto) del total invertido, pues en el caso de no adquirir ningún producto el coste sería 50 (50+100*0= 50), y es absurdo pensar que, sin adquirir ningún producto, se pueda obtener una rentabilidad de 3€ (6% de 50€).
Error nº4 del examen final correspondinte a la convocatoria de Junio de la asignatura Teoría y Métodos de Decisión:
100* x3 ^1'5 es la función de coste de la inversión en el caso del tercer tipo de producto. El profesor de la asignatura considera (según declaraciones propias, no es una suposición) que esta función de coste facilita el trabajo de los alumnos, ya que el presupuesto del que se disponía era de 1000€, y por lo tanto el número máximo de productos del tipo 3 que se podrían adquirir sería uno. 100 * 1^1'5 = 1000 Esto habría sido un buen detalle por su parte, de ser cierto.
Pero como todo el undo sabe, 100 * 1^1'5 NO es igual a 1000, sino a 100. Y con un presupuesto de 1000€ se podrían adquirir hasta 4 unidades del tercer producto. 100 * 4^1'5 = 800
Se les olvidó el paréntesis. Querían poner esto: (100* x3)^1'5, pero, sorpresa sorpresa, cometieron, un error.
Errare humanun est, que se dice en latín. Veamos si corrigiendo exámenes son tan despistados con los fallos ajenos como con los propios.