Por mi parte, yo pienso... que ni lo uno ni lo otro, claro. Siempre me ha gustado aprovechar lo mejor de cada casa. Además, la experiencia vital suele negar ambas opciones.
Ya decía Heráclito a sus compatriotas griegos que "nadie se baña dos veces en el mismo río" y eso es una verdad científica innegable. La vida puede ser absolutamente monótona y repetitiva, pero el día de mañana no será exactamente como el de hoy. Para empezar, porque todos seremos un día más viejos. Nos alejamos progresivamente de lo que hemos sido, de nuestra infancia y juventud, de nuestros recuerdos y vivencias. Hasta el punto de que, en años, meses o días, podemos tener una vida completamente distinta a la que llevábamos antes, sin posibilidad de volver a ella. El círculo no se cierra por mucho tiempo que esperemos porque nunca seremos tan jóvenes e ignorantes como lo somos ahora.
Ya decía Heráclito a sus compatriotas griegos que "nadie se baña dos veces en el mismo río" y eso es una verdad científica innegable. La vida puede ser absolutamente monótona y repetitiva, pero el día de mañana no será exactamente como el de hoy. Para empezar, porque todos seremos un día más viejos. Nos alejamos progresivamente de lo que hemos sido, de nuestra infancia y juventud, de nuestros recuerdos y vivencias. Hasta el punto de que, en años, meses o días, podemos tener una vida completamente distinta a la que llevábamos antes, sin posibilidad de volver a ella. El círculo no se cierra por mucho tiempo que esperemos porque nunca seremos tan jóvenes e ignorantes como lo somos ahora.
Siempre se puede pensar que los griegos tenían una concepción del tiempo y de su equilibrio de ida y vuelta a un plazo mucho más largo. Pero aún así es osado cerrar el círculo. Porque las cosechas del año que viene no serán las mismas que las de este, por mucho que sea la misma Perséfone las que las bendiga. Si se entiende un ciclo como una vida humana que comienza y acaba y da lugar a otras que comienzan y acaban, sólo hay que ver como las circunstancias e ideas de un hijo cambian respecto a su padre, como para poder negar sin problemas que yo no soy lo mismo que mi bisabuelo. Y el que espere que todo el Universo algún día retorne a la posición en la que se encontraba, que espere sentado, ¡porque la materia sigue expandiéndose por un espacio infinito y no parece que vaya a dar marcha atrás de buenas a primeras! ¿Queda claro?
Y por otra parte, quizá sea mío el problema por ser poco religioso o nada optimista, pero me cuesta ver el mundo con esa perspectiva de que todo va poco a poco a mejor, y pensando que cada día nos acercamos más a un destino ideal o al momento en el que Dios bajará a la Tierra a recompensar a los justos y castigarnos al resto. Hace 4000 años la gente se mataba y hoy también, y hace 4000 años había bellísimas personas sobre la faz de la Tierra y también ahora. Y se pecaba y se rezaba como se hace hoy. Así que tampoco veo esa ascensión hacia Dios de la Humanidad por ninguna parte.
Y por otra parte, quizá sea mío el problema por ser poco religioso o nada optimista, pero me cuesta ver el mundo con esa perspectiva de que todo va poco a poco a mejor, y pensando que cada día nos acercamos más a un destino ideal o al momento en el que Dios bajará a la Tierra a recompensar a los justos y castigarnos al resto. Hace 4000 años la gente se mataba y hoy también, y hace 4000 años había bellísimas personas sobre la faz de la Tierra y también ahora. Y se pecaba y se rezaba como se hace hoy. Así que tampoco veo esa ascensión hacia Dios de la Humanidad por ninguna parte.
Sin embargo, lo que si veo en el paso del tiempo es un origen concreto para cada historia vital. Un nacimiento en una familia concreta, al principio. Un colegio en el que se conocen a los primeros amigos, después. Quizá una mudanza a otra ciudad que te hace empezar de nuevo. Puntos de inicio, al fin y al cabo, que marcan de donde partimos en la vida o en momentos concretos, y de los que nos vamos alejando poco a poco sin posibilidad de volver atrás. Pero no en línea recta, la vida no va así, sino que nos pone cíclicamente en situaciones similares que nos recuerdan al pasado. Cada mucho o poco tiempo volvemos a ver a esa persona que nos gustaba y recordamos lo que sentíamos, tenemos que afrontar viejas enemistades, pasamos por buenos y malos momentos profesionales por los que no pasaríamos de no haber comenzado desde ese punto concreto desde el que empezamos... y todo eso lo hacemos habiendo cambiado y siendo diferente nuestra vida y diferentes nosotros, a lo que éramos la última vez que estuvimos frente a una situación similar. Arriba o abajo, pero más lejos del inicio. Como una espiral.
Como si la vida ejerciera sobre nosotros una fuerza centrífuga respecto de donde partimos y fuesen las viejas costumbres e ideas (que no por viejas son erróneas) las que nos mantienen sujetos a un punto de nuestra vida donde comenzó todo. Como la Luna, que, al contrario de lo que se piensa, no describe un círculo ni una elipse alrededor de la tierra, sino una espiral, pues se va alejando paulatinamente. Y llegará el día en que la fuerza de atracción no sea suficiente para contener la velocidad de la Luna y de la vida, y ambas se alejen a toda prisa hasta encontrar otro punto alrededor del que girar, mientras se alejan de él poco a poco, describiendo una nueva espiral.